Ivers-Lee aprovecha la monitorización integrada de fuerza-desplazamiento de Kistler en sus líneas de montaje de productos combinados fármaco-dispositivo. Los sensores y los sistemas de supervisión de procesos funcionan en la fase final del proceso de montaje de autoinyectores y sistemas de pluma, garantizando que estos productos de automedicación cumplen las normas de calidad más exigentes.
Gracias a los avances de las industrias farmacéutica y de tecnología médica, hoy en día los pacientes pueden gestionar por sí mismos el tratamiento de muchas afecciones. Un ejemplo es la diabetes, una enfermedad cuya incidencia va en aumento en un contexto de creciente riqueza, y que no pocas veces es el resultado de una combinación de dieta desequilibrada y poco ejercicio. La autogestión de ésta y muchas otras afecciones es más cómoda para el paciente y ahorra visitas al médico; pero para ello se necesitan dispositivos de la máxima calidad, totalmente fiables y fáciles de usar.
Sin embargo, hay que superar muchos obstáculos antes de que se apruebe la comercialización de un producto adecuado. Sobre todo, hay que realizar estudios clínicos para verificar la eficacia del fármaco; estos estudios son muy costosos y requieren mucho tiempo. Para agilizar los procesos obligatorios y reducir el plazo de comercialización de sus productos, muchos fabricantes farmacéuticos invitan a Ivers-Lee a subir a bordo. Esta empresa suiza cuenta con una larga tradición de liderazgo en su campo. Tiene una plantilla de 100 empleados en su sede de Burgdorf, cerca de Berna, y otros 10 en su planta de Lörrach (Alemania).